"Lenin", todo un señor amigo


 
     

Justo pasada la Navidad, el 26 de este mismo mes, nos dejó U´Sting de La Balona, “Lenin”.

Nos visualizamos durante casi 12 años, digo visualizamos porque yo desgraciadamente, le veía poco, mucho menos de lo que hubiese querido.

Siempre hablamos de nuestros ancestros, Lenin los tenía y buenos: DIWAN,  OBSESIÓN,  IAMOS ; pero fue grande e ilustre por su "Nobleza" más que por su genética.

No se prodigó demasiado por los rings de las Exposiciones. Realizó un trabajo mucho más importante para mí. Se encargó, toda su vida, de acompañar y de hablar alto, dulce y zalamero cuando convenía, con Rafaela, su compañera, mi madre

U´Sting de La Balona -“Lenin”-, con su amiga Rafaela
 

Nació y murió en el mismo sitio. Vivió con las mismas personas, trató con la misma gente. Gran amigo de los amigos que nos visitaban. Con los desconocidos era reservado y discreto, desde su rincón parecía no estar.

En el gineceo, mi madre, mis hijas y yo, que le tocó vivir, siempre distinguió a su otra manada, su otra familia, a su gran amigo Antonio, probablemente su Gran Alfa. ¡Cómo cambiaba la expresión de su cara cuando le veía!!!

Cuando mis hijas empezaron con los “novios”, lo que en casa denominamos “becarios familiares”, Lenin les daba la bienvenida, como un alegre anfitrión, orgulloso de su familia y su entorno.

Rafaela, mi madre, su compañera, jamás me dijo nada de sus guerras y las más que seguras, diferencias de criterio y opinión. Se “hablaban” en diferentes tonos y lenguajes, pero se entendían en el mismo idioma, el del cariño. El cariño que produce el roce diario, el compartir el “culín” del yogurt del desayuno, la hora de la comida, tantas horas de conversación, tantos años de mutua compañía.

Me duele en el alma, en el corazón o dónde quiera que más fuerte duela, no poder oír más de los labios maternos, “vete tranquila, no estoy sola, Lenin está conmigo”. El y ella han sido amigos, verdaderos amigos durante los últimos doce, de los preciosos 91 años que atesora mi madre. Me duelen en donde más duele, las lágrimas que a hurtadillas, se le escapan. Me duele porque la ausencia de su amigo Lenin, dejará su boca cerrada durante muchas horas y durante muchas más, la añoranza del amigo que se ha ido. 

Carácter, ese conjunto de peculiaridades que cada cual define como quiere o como puede, es lo que vamos a necesitar, de aquí en adelante, para ir olvidándonos de su presencia, de sus hurtos culinarios, de sus trastadas, de su carácter U’STING, de LENIN. Siempre he creído entender a quien había perdido a un amigo-compañero canino. Ahora sé seguro como se sienten todos los que han tenido la suerte y el placer de haber disfrutado de un PASTOR BELGA, todo un señor amigo.

Alicia Calderón

   

 

Salir